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Lo que fue del pop

  • Foto del escritor: Mucho pop y pocas nueces
    Mucho pop y pocas nueces
  • 29 mar 2020
  • 2 Min. de lectura

Desde Mucho pop y pocas nueces entendemos que el término pop tiene dos acepciones: pop como género y pop como abreviación de popular. En nuestra sección de columnas hemos decidido explorar esta dicotomía. 


“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía por encima de las aguas. Y dijo Dios: Hágase la luz; y la luz se hizo. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas."

- Génesis 1:1, La creación.



Lola Flores por Carlos Saura.


Entonces llegó Franco. Y dijo Franco: hágase el flamenco el mayor símbolo español; y así se hizo. Y vio Franco que el flamenco era bueno; y lo coronó como el principal atractivo turístico del país.


Así fue como el género más casto y puro de nuestra tierra se convirtió, de la noche a la mañana, en la música “de España”. Había pasado un tiempo de la época de oro del flamenco, pero en la dictadura su fama tuvo una proyección internacional masiva.


Se construían tablaos en masa, los ‘guiris’ venían a ver bailar por tangos y a escuchar cantaores por fandangos, y la muñeca con traje de sevillana empezó a venderse como souvenir en nuestros quioscos de la Gran Vía y las Ramblas.


El compás de doce tiempos empezaba a convertirse en lo que es hoy en día: Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.


El flamenco es, sin lugar a duda, la música pop española de mediados de los 30 hasta la llegada de la famosa Movida madrileña. La copla de Rocío Jurado, los tanguillos de Lola Flores o las bulerías de Camarón de la Isla son iconos más que reconocidos.


No hay nadie vivo en nuestro país que no sepa quién es la más grande de España, que no haya visto a alguien del clan Flores demostrando su arte en televisión, o que no haya escuchado alguna vez el nombre de Camarón.


La amistad que los unía a todos ellos era vox populi. Cualquiera se moría de ganas de asistir a una buena juerga flamenca, que eran los eventos privados de los famosos de entonces. Y es que ¿quién no habría querido ver en persona una fiesta organizada por Paco de Lucía donde asistiría Tomatito y Farina, entre otros?


Además, en el mundillo flamenco los artistas tenían duende pa’ to’. Lo mismo te bailaban, que te cantaban, que los veías actuar sobre un escenario o frente a la cámara, interpretando.

Sin ir más lejos, la misma Lola Flores fue cantaora, bailaora, actriz, presentadora y humorista. El circulo estaba sellado. Si en España sabías tocar las palmas, seguir un compás, o mover los brazos como abanicos, tu carrera cinematográfica también estaba firmada. La fama estaba asegurada para aquellos que tocasen el flamenco.


Miguel Poveda dijo: “el flamenco cuenta en pocas frases el mundo”, y supongo que es eso lo que lo hace único. Nadie podrá discutir que arte y flamenco van de la mano, ni que hubo un tiempo en el que fue sinónimo de pop, de fiesta, de fenómeno fan y de fama.


Ahora, ya sabéis por qué Rosalía tiene a Camarón en la guantera. Lo que no entiendo es cómo vosotros no lo lleváis.


1 Comment


Mercedes Roque Mora
Mercedes Roque Mora
Apr 01, 2020

Óle tú y la madre que te parió. En tiempos de Franco y antes de Cristo tu ya tenías to' el arte!!! Que manera tan exquisita de conexión presente y pasado. BRAVO👏👏👏

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Mucho pop y pocas nueces, 2020. Proyecto creado desde la Universidad Autónoma de Barcelona.

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