Israel Sanmartín Barros: "Vuestra generación tiene una ventaja: la memoria"
- Mucho pop y pocas nueces
- 3 jun 2020
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 4 jun 2020
Israel Sanmartín Barros es profesor de historia en la Universidad de Santiago de Compostela. Y, entre otras cosas, uno de los ámbitos que más conoce y domina es el de la música. Por eso hoy se sienta con nosotros para hablar sobre el fenómeno fan.
El fenómeno fan es indisociable del nacimiento de la cultura de masas durante los años 50, que relacionamos con la figura de Elvis Presley y con la de los Beatles en la década siguiente; que posteriormente cruzó el Atlántico y llegó a nuestro país con Miguel Bosé y los Hombres G. No obstante, actualmente, este fenómeno está relacionado con artistas artificiales y prediseñados por las productoras, lejos de lo que fueron aquellos cantantes y grupos orgánicos y reales de los inicios.
Pero, ¿por qué?
Cuando empieza el fenómeno fan con Presley y los Beatles el arte no estaba estipulado como lo está ahora. Lo artístico sufre una gran transformación en 1968, cuando dan inicio el body art, el land art, y toda una serie de artes innovadores que suponen una ruptura muy grande. Todo esto es lo que trae el nacimiento del pop art, donde destaca Andy Warhol. Con él se rompe una estética y una forma de entendimiento de la actividad artística.
No obstante, la cara B de eso es que se inicia un acercamiento entre el arte y el mercado, dando como resultado la idea de producto cultural. En los 80 ya podías ir al mercado de tu barrio y cargar en tu bolsa la lista de la compra y el disco de tu cantante favorito, todo en un mismo espacio. Cuando esto sucede, estamos ante una total accesibilidad a la cultura.
Además, después de Elvis y los Beatles, el fenómeno fan empieza a tomar una deriva comercial y a ser denigrado por la crítica cultural y musical por, supuestamente, “solo llegar a las chicas jóvenes locas por sus ídolos”.
Son esos dos factores: la idea de que es un fenómeno de niñas que no saben de música; y el hecho de comercializar el arte; lo que hacen que se desfigure el fenómeno fan hasta lo que es ahora. Es eso lo que ha cambiado tan radicalmente este fenómeno.

Ejemplos icónicos de Pop Art. Andy Warhol.
Hay grupos y artistas que en su época lo petaron, desaparecieron un tiempo, y al volver, han regresado sus fans con ellos. Además, ya no llenan los estadios solo con los seguidores de su época, sino con mucha gente de nuestra edad, que sin vivirlos, hemos sabido valorarlos. ¿Es posible que nuestra generación esté aprendiendo a apreciar lo que otros no han sabido apreciar?
Vuestra generación tiene una ventaja: la memoria. Evidentemente no tenéis en vuestra memoria discos de las Spice Girls, pero tenéis YouTube, vídeos en Facebook y posibilidad de disfrutar de ellas.
Es interesante esta pregunta, pues Hombres G, a los que consideramos los Beatles latinos, es un grupo despreciado por la critica hasta finales de los 90. Se estigmatiza la idea de que las niñas que compran sus discos son inmaduras y siguen al grupo durante unos años y luego lo dejan. Pero es mentira. Hemos visto como Hombres G ha vuelto y ha llenado estadios más grandes que antes de desaparecer. Son las mismas personas que los oían las que llenan sus conciertos, y todas aquellas que los han ido descubriendo con el paso del tiempo.

Hombres G en el Palau de la Música, 2019. Sergi Parames.
¿Consideras a OT como una muestra representativa del fenómeno fan?
¡Sin duda! No obstante, les pondría un pero: no son músicos. Los triunfitos son productos culturales, de consumo masivo, sin talento. Es decir, a David Bisbal le componen todas las canciones, por ejemplo.
El fenómeno fan a partir de OT ha sido una gran pérdida cultural de eso que denominamos la cultura popular. OT es un karaoke. Y eso es muy empobrecedor, porque lo único que hace es desarrollar memorias, pero equivocadamente.
Soy muy crítico con dos cosas: OT y con las bandas de rememoración. Yo creo en la creación artística en todos los sentidos. Que unos chavales jóvenes se suban a un escenario a cantar canciones que no son suyas no es creación, es negocio.
Pero Amaia, ganadora de OT 2017, sí que demuestra una preocupación por crear un producto diferente. Así como Pablo López o Manuel Carrasco, que también escriben sus propias canciones e intentan darle un aire personal a su música.
Por supuesto. Hay excepciones a la norma, como las que estás señalando. Yo hablo de que no me gusta ni aporta nada a la cultura el pack que comporta Operación Triunfo. Hay de todo, desde luego. Pero lo que hay que ver con OT es todo lo que hay detrás. Cuando nace OT, antes de seleccionar a los aspirantes y saber si el programa tendrá éxito o no, ya estaba detrás una discográfica, y es eso lo que diluye completamente el arte: intentar hacer negocio con todo. Es un fenómeno que merece un estudio muy profundo. Si coges la prensa de aquel entonces descubrirás que la mayoría de los especialistas estaban muy en contra del programa. Nadie veía la verdad ni la sustancia que merece la cultura.
Una cosa es el concurso, que es lo que es, no hay más. Pero cuando hay que sacar los productos, o sea, a los artistas, al mercado, no siempre tienen la calidad musical que debería tener un cantante. Si digo que no me gusta Bisbal estaría mintiendo. Me gusta David Bisbal. Pero ahora, después de cinco años en los que he estado muy crítico con él y todo lo que le rodeaba.
Y es que OT llegó para matar a la mayoría de los grupos que nos gustaban a la gente, grupos pequeños que se abrían hueco en la industria por lo que decían, si sonaban frescos o a algo innovador, y por su capacidad para llegar a sus fans.
La carrera de un artista depende de sus fans, pues.
Totalmente. Cuando uno tiene una legión de fans tiene 3 o 4 años en los que puede hacer lo que quiera.
Te subes a un barril de cerveza en la calle, cantas un par de canciones a capella y eres un Dios. Pero cuando te bajas de la ola, ya nadie se acuerda de ti. Ya no eres nadie.
La clave son los fans y la relación que tienen los artistas con sus fans. Ellos son quienes reciben lo que los cantantes crean, son ellos quienes están ahí para oírles. Si un artista saca disco, salta al estrellato, llena salas de conciertos, y en su disco siguiente no conecta igual con el público, se acabó. La gente es lo principal.
Pierre Burdier estudia esto en “El sentido social del gusto”, cómo se construye el gusto colectivo. Eso es esencial. No podemos hablar del fenómeno fan sin recurrir a determinadas herramientas sociológicas. ¿Por qué un disco lo peta y el siguiente no lo escucha nadie? Antes estaba claro, los artistas desaparecían un par de años para grabar un nuevo álbum y al volver no se acordaba de ellos nadie.
Hoy en día es muy diferente porque tú puedes llegar a un artista contestándole una historia de Instagram o escribiéndole un mensaje directo. Los artistas ahora tienen más conciencia del por qué están dejando de ser escuchados y qué es lo que más les gusta de ellos a sus fans. Teniendo eso, ya pueden aprovechar el momento y exprimirse al máximo.
Entonces, ¿crees que las redes sociales han cambiado los fundamentos de lo que es el fenómeno fan?
Sí, y han sido fundamentales para mantener las memorias de las que hablaba. De hecho, he escrito varios artículos en los que hablo de cómo la importancia de algunos blogs y revistas musicales en España han logrado mantener la memoria de muchos grupos y ha sido un fundamento esencial para que después de unos años puedan resucitar.
Muchos artistas durante el confinamiento han sacado sus sesiones y canciones desde casa, puedes darles like o dislike y comentarles lo que piensas. Hay muchísimo más feedback. El fan siempre ha crecido a la vez que el artista, y ahora, con la incidencia de las redes, el fan crece con el artista. Juntos.
La razón por la que se ve tan negativamente el fenómeno fan de la música es porque se relaciona con gente sin criterio, cuando en realidad hay otros ámbitos que abarcan este fenómeno, como el deporte, donde no está tan mal visto ni se percibe como fanatismo.
Eso es porque con la industria estamos jugando con algo que no quieren: nuestros propios sentimientos. ¿Por qué la mayoría de las canciones son de amor o desamor? Porque forman una parte esencial de nuestras vidas. ¿Por qué me gusta la música? No te lo sé decir. La música es parte del ser humano.
👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻💋❤️